Octubre es el mes en el que empiezo a buscar la agenda que compraré para el próximo año: es el mes en el que determino mis intenciones y mis direcciones para el siguiente ciclo de mi vida. Esta vez, octubre se trata de soltar, de dejar ir, de abrir espacio, de escuchar con más atención y de vivir con más intención.
Disfrutando tomarme el tiempo para cuidar de mí misma. Soy una de esas personas que aplaza ir al médico hasta que ya no hay remedio, y entre varias decisiones que he tomado este año está la de cambiar esa manera de enfrentar los problemas. Hice una lista, hice mis citas y me estoy poniendo al día con decenas (esto es literal) de exámenes médicos pendientes. Entre otras cosas he descubierto que mi glicemia se está controlando, que tengo el colesterol altísimo y que la fórmula de los anteojos no me ha cambiado en un año.
Comiendo mucho calabacín, porque uno de los antedichos médicos me prohibió el azúcar, me mandó a reducir drásticamente los carbohidratos y a eliminar los lácteos de mi vida. Que todo sea por el bienestar de este vehículo terrestre que es el cuerpo.
Escuchando este podcast, y esta belleza de canción de Joshua Radin:
Mirando la nueva temporada de Black Mirror. Ya la terminé: mi episodio favorito fue el cierre de temporada, que es básicamente una película de 90 minutos contada con el lenguaje de la televisión. Magnífica.
Esperando (obviamente) el estreno de «Gilmore Girls: A year in the life». Faltan dieciocho días para estar de nuevo en Star Hollows, y simplemente no puedo esperar. Sospecho que ese día me despertaré a medianoche.
Leyendo (en realidad escuchando, en audiolibro) «Rising Strong», de Brené Brown, un libro precioso sobre la vulnerabilidad y la fuerza, sobre el que espero escribir alguna tontería pronto. En todo caso, Brené Brown es el rock.
Haciendo espacio en mi vida para nuevas cosas.
Intentando soltar la mayor cantidad de peso posible, en cosas acumuladas (libros, ropa) pero también en lo que respecta a mi perspectiva para acercarme a la vida. A veces la explicación más simple es la correcta, la respuesta más simple es la verdad, y la manera más simple de abordar un problema es directamente. Reconozco que necesito liberar un poco de RAM en mi cerebro, y para eso quizás haya que desinstalar unas cuantas actitudes aprendidas que están todo el tiempo corriendo en segundo plano.
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